Transcripción de la entrevista realizada luego de haber impartido la charla en el Institut Psicològic Maricel de Sitges.
Me llamo Marcela S. Pereyra (www.marcelapereyra.com) y soy Lic. en Psicología, Master Sanitario, Experta en Psicología Coaching, Master en Coaching con PNL y me encuentro en el tramo final del Trainer en PNL.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de relaciones tóxicas?
Cuando hablamos de relaciones tóxicas estamos haciendo referencia a cualquier tipo de relación (pareja, amistad o familiar) que promueve un lazo en el que los integrantes se sienten mal. Es una relación que da trabajo y genera muchas limitaciones en la vida en general y, al mismo tiempo, provoca una sensación de encierro, un camino sin salida.
¿Cómo podemos saber que estamos inmersos en una relación tóxica?
Si te encuentras en un tipo de relación en el que temes lo que vas a decir o cómo comportarte, no puedes ser tú mismo en libertad, consideras que falta respeto mútuo; relación en la que de alguna forma te sientes solo…Estás en una relación tóxica.
¿Cuál es el perfil de la persona que acaba formando parte de una relación tóxica? ¿Existe un perfil?
No me atrevería a hablar de “un perfil”, puede pertenecer a una relación tóxica tanto una persona sumisa como una dominante, una persona agresiva como pasiva; sobre todo para que se sostenga una relación tóxica tiene que haber una base de inseguridad y muy baja autoestima. Finalmente, para que exista relación tóxica, hacen falta dos integrantes que la hagan posible.
Si estamos participando de una relación tóxica, qué podemos hacer?
Si tomas conciencia de participar en una relación tóxica, tienes gran parte de la batalla ganada puesto que es cuando tomas conciencia del problema que puedes comenzar a pensar en una solución.
Fundamentalmente puede tratarse de un problema de comunicación, se puede plantear a la otra parte de la relación qué es lo que sientes de la forma en que se desenvuelve la relación y si hay acuerdo, se puede reconstruir de manera distinta. Suena fácil de leer y puede llegar a serlo si ambas partes reconocen el problema y se comprometen a poner de sí para el cambio. Si, por el contrario una de las partes no reconoce el problema y se mantiene firme en su posición puede tratarse de una “persona tóxica” que defiende su forma de ser, en cuyo caso, lo recomendable es alejarse.
¿Qué quieres decir cuando dices «persona tóxica»?
Una persona tóxica es una persona negativa, con tendencias pesimistas, siempre predispuesta a la crítica constante, que intenta que las cosas se hagan siempre a su manera, manipuladora, que sólo acepta la propia versión de los hechos, entre otras cosas.
Para evitar participar en la construcción de una relación tóxica, qué podemos hacer?
Un profundo ejercicio de autoconocimiento, trabajar en nosotros mismos, querernos en primera instancia. Una persona segura de sí misma difícilmente permita una relación tóxica. En el caso de que los primeros indicios tóxicos sean sutiles, una buena comunicación es la base de relaciones de excelencia. Cuando hablo de buena comunicación, me refiero a la comunicación asertiva (la posibilidad de comunicar alguna crítica de forma constructiva), la escucha activa (saber escuchar al otro), practicar la empatía (saber ponerse en el lugar del otro).
En una relación afectiva es importante que se respeten las diferencias individuales, que cada integrante de la relación se sienta con libertad de expresar lo que siente, de hacer cosas por su cuenta sin necesidad de que todo gire alrededor de la relación (y aclaro que estoy hablando de parejas, amigos o familiares).
Si a pesar de saberte en una relación tóxica no consigues resolver la situación, no dudes en consultar con un profesional, porque una característica significativa de este tipo de relaciones es la dificultad de salir de ellas.
Si quisiéramos contactar contigo, qué podríamos hacer?
Hace algunos años que colaboro en el Institut Psicològic Maricel de Sitges (C/Espalter, 10, 3ro. 2da.) y puedes concertar cita previa al móvil 651 821 085 o al fijo 93 894 73 82.
